JOSE LUIS ALCAIDE MOYA

...Por Emilio Aparicio Desiderio

Me impresionó mucho leer la noticia de que mi amigo y compañero de pupitre durante muchos años José Luis Alcaide había fallecido hace dos años. No había vuelto a saber de él desde que nos separamos en el Ramiro, pero en innumerables ocasiones me he acordado de él y contado anécdotas a otros amigos de nuestra relación.

Creo que ya coincidimos en preparatoria, pero a partir de primero de bachiller, fuimos compañeros de pupitre, siempre sentados el uno al lado del otro. Abellán, Acosta, Alcaide y Aparicio éramos la primera fila.

Yo soy del Real Madrid, él era del Atlético de Madrid. Imaginaros cada lunes lo que "discutíamos" según nos hubiera ido en la liga. En segundo de bachillerato, llegamos a grabar con navaja, cada uno en su pupitre, la alineación de nuestros equipos y el escudo y lo coloreamos. No sé cómo nunca nadie nos dijo nada. Con los libros se podía tapar, pero cuando nos íbamos al final del día, cantaba bastante. ¡En la primera fila!

Él vivía en la Glorieta de López de Hoyos, muy cerca del Ramiro. También hicimos alguna pella juntos y un día cruzando “General Mola” al lado de su casa, casi nos atropella un coche a los dos. Creo que fue un taxi. El coche que iba detrás, y que también tuvo que frenar, era el de mi padre. Menos mal que no se fijó en quienes éramos, porque se supone que estábamos en clase.

Cuando inauguraron un gran supermercado en el cruce de Velázquez y López de Hoyos, ya se me olvidó el nombre, íbamos a desayunar (gratis) allí muchos días. Sin robar, solo aprovechando lo que ofrecían como "prueba" en distintos puestecitos dentro del súper.

Este sencillo homenaje es para él. Ya estaba pensando en poder verle pronto, en nuestra próxima comida o reunión. Le echaré de menos.

1 comentario:

  1. Durante algunos años fuimos colegas e inseparables. Teníamos de maestro a Don Luis Muñoz Cobos.
    Tendríamos 5 años cuando los dos juntos "montamos" una tómbola y vendíamos las papeletas a 10 céntimos. A uno le tocaban dos o tres cromos de cualquier colección, a otro un "caucho" para chapas con la foto de un ciclista, y lo que se nos imaginaba.
    Incluso por 2 o 3 pesetas, vendíamos a los compañeros kaledoscopios que nosotros hacíamos y que iban muy bien.

    Cuando nos pilló Don Luis llamó a nuestros padres y les dijo que no nos regañasen, que era una forma de todos, espabilásemos. El asunto es que las, aproximadamente 30 pesetas que cada uno consiguió, no llegaron a quitárnoslas, eso si vigilando a ver que hacíamos con ellas.

    ResponderEliminar

Escribe tu comentario en el recuadro.
NO TE OLVIDES DE FIRMAR.
¡ LOS COMENTARIOS ANÓNIMOS SERÁN BORRADOS !.