…Por Francis González García, Manolo Mialdea y Nacho Salcedo
El 18 de julio, fecha que para
conmemorar no cuadraba mucho con su manera de pensar, se ha marchado Jesús
Zori, aparentemente joven,- pues nació el 14 de julio de 1947, en Madrid, aunque
casi en la Mancha-, pero con una vida muy vivida. Nos conocimos en el Ramiro,
como a casi todos los demás que seguimos juntos, los de la promo 64, alguno de
la 65 y de la 66, en incluso otros oriundos que se nos unieron cautivados por
su vis atractiva; así salimos del Ramiro siendo, once, y lo seguimos siendo
hasta que hace más o menos 10 años abrió camino Rafa Ibañez viajando desde
Argentina con Caronte, para esperar allá, arriba según el creer de los
mortales, a que fuéramos llegando. Luego se formó como químico en la
Complutense, y mantuvimos el contacto; más adelante partió para Huelva, allí
encontró un buen acomodo profesional y tuvo la fortuna de conocer a Carmen,
culpable de muchas, muchas, de sus virtudes, y el vínculo se mantuvo, para no
romperse, y hasta ahora. Por el camino muchas cosas: Las Colonias, Navafría,
Socuéllamos, Huelva, debajo del puente, Pozuelo……., el
Atleti, el Estudiantes y sus copas del Rey,
pero por encima de todo le define
la palabra AMISTAD: Fue amigo de su familia,
amigo de sus hijos, amigo de sus amigos, hasta tenía un amigo escocés de
nombre de pila Johnnie; y amigo de la vida; quizá con un defecto, que a veces
parecía que no era amigo de sí mismo.
Ayer le incineramos, y por su deseo, y con la pasión puesta por sus
hijos, le acompañaron en el duelo, entre otras cosas, una camiseta del Atleti,
una bufanda del Estu, y como no podía ser de otra forma para alguien que hizo
de la amistad su devoción, un disco (bueno, algo más moderno, pero así los
llamábamos los de la era del vinilo) de Joe Cocker versionando la canción de
Lennon y Mccartney “With a Little help from my friends”, que todos oímos
emocionados como homenaje de despedida; ¡ójala hubiéramos podido darle una
pequeña ayuda para no irse!
Sin embargo, por allí rondó una leyenda de esperanza, porque con
Jesús, la amistad, la de todos, seguirá con absoluta seguridad en el otro
mundo, y eso nos llena de ilusión, porque con Jesús somos ilusos en el mejor
sentido de la palabra, aunque, siguiendo su deseo, no nos daremos mucha prisa.
Hasta pronto Zorilo.
Emocionante
ResponderEliminarMuchas gracias Francis, lo has escrito con el corazon. Jesús siempre estará con nosotros.
ResponderEliminarPor lo que dice Manolo, has sido tú, Francis, el autor material de estas líneas sentidísimas y, sin embargo, pones como autores a dos compañeros más. Eso demuestra que nuestra amistad tiene sólidos cimientos y una sensibilidad extraordinaria. Gracias por tus palabras. Yo no le conocí apenas, pero siento mucho su marcha tan repentina. Jesús: Da un abrazo fuerte a todos los nuestros que Allá están. Tú te llevas uno por cada uno de nosotros.
ResponderEliminar¡Qué cerca y qué lejos! Se da la paradoja de que no conocí mucho a Jesús de colegiales -aunque le recuerdo vagamente de la excursión de Preu en el 64 (¿te acuerdas, Francis?, allí también nos conocimos nosotros) - pero las casualidades de la vida hicieron que ahora de mayores resultase que teníamos una amiga onubense en común -Maribel- que me informaba periódicamente. Casi siempre que la veía, preguntaba ¿Qué tal Zori? y ella me informaba. Hasta el otro día que me dió el mazazo de su fallecimiento; hubiera querido verle, pero Huelva, que está tan cerca y tan lejos, no lo posibilitó. Ya es tarde. Qué pena. Descanse en paz.
ResponderEliminarPerdida irreparable. Descanse en.paz
ResponderEliminarPerdida irreparable. Descanse en.paz
ResponderEliminarCuanto he de agradecer a Ramos, Kurt y Rincon el que hayan creado este nexo de unión con nuestra juventud.
ResponderEliminarGracias a ellos pude estar de nuevo con mi amigo Francis, con Eloy, Mialdea, Salcedo, ... y tantos otros.
Llegue a tiempo para poder tener alguna conversación telefónica con Jesús Zori, otro de la cuadrilla con quien iba, llevándome la gran alegría de saber que la amistad de nuestra juventud, aún continuaba viva aunque hubiesen pasado 50 años.
Mi pena es que no coincidimos en las pocas veces que pude ir a Madrid, pues pronto falleció.
Pero recuerdo su cara de entonces y hasta su voz la tengo presente.