Jesús Agustín Cuesta Abril, por José Luis González Quirós



El 8 de enero de 1997 ETA asesinó en Madrid al teniente coronel del Ejército de Tierra Jesús Agustín Cuesta Abril que había sido compañero nuestro en el Ramiro al menos hasta Preu. 

Jesús era un tipo casi pelirrojo, muy buen deportista y con una risa socarrona que resulta difícil de olvidar. Yo conservo de él una foto de grupo en una excursión, creo que de 1964 con un grupo de chicos que frecuentábamos alguno de los centros del Opus Dei, que tuvo una fuerte implantación en el Ramiro de aquella época gracias sobre todo, a la labor de Don Fidel García Cuellar, como muy bien pueden recordar Jorge Molinero, Alberto Portolés, Victor Martínez y Juan Carlos Monge, compañeros de aquella promoción, que, además de Alberto Petit, recientemente fallecido, han llegado a hacerse sacerdotes de la Obra. Me parece que en la foto, aparte de Jesús que está por el centro de la imagen, al fondo y alegremente tumbado, estamos otros tres del Ramiro. Yo mismo, a la derecha hablando con alguien que no recuerdo, y creo que, más a la derecha, también Juan Mari Cruz Valdovinos, pero no estoy completamente seguro. También se puede identificar a José María Poveda, psiquiatra, que era un año más joven que nosotros.

Al parecer, el atentado en el que murió Jesús tuvo lugar en torno a las tres de la tarde cuando se dirigía a su domicilio en el barrio de La Estrella de Madrid. A mi la noticia me impresionó de manera muy especial y, para decirlo todo, me sorprendió no encontrar a nadie del Ramiro en el funeral de Jesús, que se celebró en el Cuartel General del Ejército unas fechas después, pero es posible que no nos encontrásemos o que no nos reconociésemos. De todas maneras, y perdonad el comentario, eran épocas en que la ETA había conseguido casi insensibilizarnos frente a la muerte ajena que era noticia muy cotidiana.  En esos mismos momentos, ETA tenía secuestrado a José Antonio Ortega Lara y a Cosme Delclaux.

Lo que indico a continuación está extraído de diversas fuentes, pero me parece sustancialmente verdadero.


Una terrorista a cara descubierta le disparó dos tiros en la nuca y su compañero lo remató con un tercer disparo en el mentón. Además, los terroristas dispararon, sin lograr alcanzarlo, al soldado de reemplazo Alberto Asensio Antón, que hacía labores de chofer del teniente coronel.

El coche que utilizaron los terroristas para huir fue explosionado junto a un hipermercado y provocó heridas a varias personas, entre ellas al guardia real Carlos Blázquez Mulas, de 45 años, que pasaba por esa zona junto a su mujer embarazada y su hija de corta edad.

Alberto Asensio Antón, chófer del teniente coronel, identificó ante la Policía a Ainhoa Múgica Goñi como una de las presuntas autoras materiales del atentado que acabó con la vida de Jesús Cuesta. Fuentes policiales sospechan que también estuvo implicado presuntamente en el asesinato el etarra Juan Antonio Olarra Guridi, detenido en Francia en 2002 junto a la propia Ainhoa Múgica Goñi, su novia. Ambos formaban parte del grupo Madrid de ETA, integrado también por Rufino Arriaga, Idoia Martínez y Jon Bienzobas, grupo que estuvo operativo entre el 1 de octubre de 1995 y abril de 1997. Olarra Guridi ha sido entregado temporalmente a España en tres ocasiones (2006, 2008 y 2010) y condenado a penas que suman cerca de 1.400 años por su participación en múltiples asesinatos, al igual que su novia, Ainhoa Múgica.

Jesús Cuesta Abril, natural de Madrid, tenía entonces 49 años, estaba casado con Carmen Esteban y tenía dos hijos de 9 y 10 años. Tenía un excelente currículum -licenciado en Derecho y Ciencias Económicas, hablaba varios idiomas-, y estaba barajando, en el momento de su asesinato, la posibilidad de trasladarse a EEUU al habérsele propuesto impartir varios cursos en ese país.

Los familiares de Cuesta Abril demostraron una notable entereza en el transcurso de la ceremonia, durante la cual Alvarez Cascos, en representación del presidente José María Aznar, impuso al féretro a título póstumo la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, que se concede por hechos que entrañen grave riesgo o en caso de fallecimiento en acto de servicio.

A hombros de algunos de sus compañeros, el féretro con los restos del teniente coronel Cuesta, cubierto con la bandera de España, fue colocado sobre un túmulo ante el altar desde el que se ofició una misa. Una Escuadra de Gastadores homenajeó a los que dieron su vida por España, mientras a los sones de La muerte no es el final se colocaba una corona de flores junto al féretro.

La condecoración y la bandera que cubría el ataúd fueron entregadas a la viuda por Alvarez Cascos, secundado por Eduardo Serra y el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, José Faura, quienes dieron el pésame a los familiares. Una marcha fúnebre acompañó la salida del féretro del patio del Cuartel General del Ejército, con destino al cementerio madrileño de La Almudena, para su inhumación.

Obituario de Chano Montelongo en El Mundo el 9 de enero de 1997

Sobrevivió a Bosnia, cayó en Madrid


Sobrevivió a siete duros meses, en 1994, bajo el fuego de los francotiradores serbo-bosnios. Dos años más tarde, en su Madrid natal, bastaron unas balas asesinas a bocajarro, en lo que todas las fuentes policiales consideran un atentado de ETA, para acabar con su vida. Curtido en el campo de batalla, el teniente coronel Jesús Agustín Cuesta Abril murió sobre el asfalto de una ciudad en paz, sin aquel casco azul que con tanto orgullo llevó en misión humanitaria durante el conflicto en la antigua Yugoslavia.

Militar respetado y afable cabeza de familia, este madrileño de 49 años de edad vivió dedicado exclusivamente a su carrera y a su familia. Sus compañeros de profesión lo recuerdan como un hombre estricto en su trabajo y afectuoso en las relaciones personales, aunque algo reservado para hablar de su intimidad.

El teniente coronel Cuesta, nacido el 16 de marzo de 1947, pertenecía al Cuerpo General de las Armas del Ejército y se encuadró, tras su paso por la Academia General Militar de Zaragoza, en la 27ª promoción de Caballería. Estaba destinado en la actualidad a la Agrupación Logística (ALOG) XI, situada en el acuartelamiento del barrio madrileño de Campamento.

Algunos compañeros de su División lo señalan como un hombre prudente que nunca se expuso inútilmente. «Cumplía a rajatabla las normas, sobre todo cuando afectaban a su integridad personal. En la calle iba siempre de paisano acompañado en todo momento de su chofer, el soldado Alberto Asensio, que lo trasladaba en un coche de Ejécito camuflado», explicó un oficial que estaba a su servicio.

Si hay algo que destacan en la figura de Jesús Cuesta era su marcado carácter castrense.

Su carrera militar alcanzó su etapa de máximo prestigio cuando se convirtió en casco azul durante el conflicto bélico en la ex Yugoslavia. Durante el periodo comprendido entre abril y octubre de 1994, Jesús Cuesta fue el máximo responsable del movimiento y el aprovisionamiento del contingente militar español destinado en Bosnia-Hercegovina en el marco de las tropas multinacionales de la ONU. El teniente coronel fue el jefe del Escalón Avanzado Logístico en Bosnia con la Agrupación Córdoba.

Su excelente hoja de servicio estaba basada en una dedicación casi exclusiva a la vida militar. El teniente coronel Cuesta no dejó nunca de enriquecer su currículo asistiendo a prestigiosos cursos de especialización, entre los que destacan el de conductor de carros de combates y el de piloto de helicóptero. Este último le hizo formar parte hace ya algunos años a la Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET).

El teniente coronel Cuesta estaba casado y tenía dos hijos varones, de nueve y 10 años de edad. Hace unos cinco años, el teniente coronel trasladó su residencia familiar al número 54 de la calle Sirio, en el barrio madrileño de La Estrella. Era un hombre serio e introvertido que apenas se relacionaba con los vecinos.

«Nadie le conocía exactamente, algunos saludos en la escalera o en el portal, pero nada más», explicó uno de los vecinos del fallecido. «Siempre que salía de casa le esperaba su conductor que le trasladaba en un coche camuflado. Todos sabíamos que era militar, pero nunca sospechamos que fuera un objetivo de los terroristas».

Jesús Cuesta Abril, teniente coronel del Ejército de Tierra, falleció ayer en Madrid, a los 49 años, debido a las heridas de bala en la cabeza causadas en un atentado terrorista. La capilla ardiente se instaló anoche en el Cuartel General del Ejército de Tierra, donde hoy, a las doce del mediodía, se oficiará un funeral.
Teniente Coronel Jesús Agustín Cuesta Abril
De excursión, con Jesús, Poveda, Valdovinos y el autor

8 comentarios:

  1. Es un gran detalle de José Luis citar al soldado Alberto Asensio Antón. Hasta la fecha son más de 40 los soldados conductores de reemplazo muertos o heridos por ETA por el sólo hecho de conducir para sus superiores, aunque parecen pesar menos que éstos en la memoria colectiva.

    Alfonso Arenas

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  2. Impresionante que un compañero tenga que morir de esta manera. Hay muchas formas de morir, pero es que ésta es INADMISIBLE.

    No recuerdo mucho a Jesús por estar ya perdido en los rincones polvorientos de mi memoria, pero su cara, al ver la foto, me dice que he concidido con él, aunque no fuera en la misma clase.

    Impresionante también, pues, tu semblanza.

    Esperemos que NUNCA MÁS se de que nos encontremos con esta forma tan despiadada de morir, perdón, de MATAR.

    A nadie, nunca, nunca más... que se quede en un mal recuerdo del pasado.

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  3. ETA por más arrepentimiento, real o ficticio, que muestre, jamás nos devolverá a las personas que hemos apreciado. Lo siento mucho de verdad. Si su familia lee estas humildes líneas que sepa cuenta con mi afecto y mi solidaridad.

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  4. José Luis, muchas gracias por habernos traido el recuerdo de Jesús Cuesta. A muchos les ocurrirá, como a mi, que ignorábamos el alcance de los hechos. Unicamente lo que nos dijiste de que había sido asesinado por eta.
    Ahora le recordaremos mejor y pervivirá con más luz entre nosotros.

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  5. José Luis: Me alegro muchísimo de que hayas puesto estas líneas. Petit, se llamaba Antonio, no Alberto. Aquellos fueron unos tiempos excepcionales, de los que tu que eres un buen escribiente podríamos decir muchas cosas.

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  6. lantablemente era vecino mio y presencie su muerte , lamentable

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  7. Rodrigo Gómez Cuesta10 de enero de 2017, 11:21

    Hola, hoy he recordado a mi tío y padrino, Jesús Cuesta Abril y he topado con este post.

    Mi tío era increíble. Le recuerdo a mis 14 años, cuando le vi por última vez y me regaló un balón de fútbol por Reyes, dándome un abrazo acompañado de esa sonora carcajada que le caracterizaba. Era genial, cariñoso y todo un ejemplo. Yo le adoraba y él me adoraba a mí, su primer sobrino y ojo derecho.

    Gracias por el post. De corazón. Descansa en paz tío, te queremos.

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  8. El Teniente Coronel Cuesta es tío de mi pareja. Se da la circunstancia de que yo he realizado el Servicio Militar en las FAMET donde él estuvo destinado. El próximo 23/06/2018 asistiremos a un acto en nuestra base y veremos la estatua que hay en su honor. Francisco Juan Marín Alborés, Reservista Voluntario Honorífico en el BHELTRA V.

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